Participa AAVT en curso de verano «El Yihadismo Global en Transición»

La Asociación Andaluza Víctimas del Terrorismo (AAVT) estuvo representada por su responsable de Comunicación, Lidia Señarís, en el curso de verano de la Universidad Complutense en El Escorial, «El Yihadismo Global en Transición», celebrado durante los días 20 y 21 de julio en el campus de El Escorial.

Se trata del quinto consecutivo sobre terrorismo yihadista que organizan en un esfuerzo conjunto la Fundación Víctimas del Terrorismo y el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo.

La primera jornada fue inaugurada por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto a la subsecretaria de Interior, Isabel Goicoechea, y el rector de la Universidad Complutense, Joaquín Goyache. En sus palabras inaugurales, el titular de Interior elogió el trabajo de las fuerzas y cuerpos de seguridad, las cuales, reveló, han detenido a 20 presuntos yihadistas radicales durante la primera mitad del año 2020. Marlaska subrayó que «proponer las políticas de memoria es una obligación de los poderes públicos con la sociedad, en general, y con las víctimas del terrorismo, en particular».

La primera ponencia corrió a cargo del analista del Real Instituto Elcano, Fernando Reinares, quien disertó sobre «La cuarta fase del terrorismo global» y repasó los principales hitos de cada una de las cuatro oleadas del yihadismo global. La primera desde mediados de 1980 hasta 2001, con el nacimiento de Al Qaeda; la segunda entre 2002-2011, con la muerte del dirigente terrorista Osama bin Laden; la tercera entre 2012-2018, con el surgimiento del Daesh, la caída del Califato y la muerte de su líder. De acuerdo con Reinares, nos encontramos en una cuarta fase, marcada por un yihadismo bipolar, con una suerte de péndulo entre las acciones de Daesh y Al Qaeda. En opinión de este experto, Europa precisa repensar la cuestión de la radicalización, teniendo en cuenta que el fenómeno del yihadismo global está actualmente más extendido que al final de las dos primeras fases expuestas por él.

La segunda conferencia le correspondió a un inspector de la Policía Nacional, que expuso el actual escenario del yihadismo global y sus escenarios desde una perspectiva europea y española. Destacó por un lado el elevado número de víctimas en Europa por atentados yihadistas entre 2004 y 202: 751 víctimas mortales y 3.471 heridos. Y por otro lado, reveló las cifras detenidos entre 2015 y 2019: 3.057 en Europa, lo que ha supuesto el 57 % de los detenidos por terrorismo. Además, en su ponencia detalló que en España, país que más operaciones policiales realiza en Europa, desde 2012 se han desarrollado 181 operaciones de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que han arrojado la detención de 334 presuntos yihadistas.

En otra interesante conferencia, Sergio Altuna, investigador del Real Instituto Elcano, expuso el escenario virtual y las narrativas desarrolladas por el yihadismo global.

En la sesión vespertina se desarrolló la mesa redonda «Retos para España: prevención, rehabilitación y salida de yihadistas en prisión en España», moderada por José Luis Castro, juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional. El juez Castro llegó a reconocer las dificultades de los tratamientos penitenciarios a yihadistas en prisión, donde pueden seguir con la yihad. Por ello es «importante incidir en las carencias para evitar la radicalización en prisión», además de exponer, ante la inminente salida de yihadistas de prisión una vez cumplida íntegramente sus condenas, «la necesidad de articular una adecuada libertad vigilada que obligue a controlar el día a día de los expresos».

Las cifras de yihadistas encarcelados en España son elocuentes: desde 1980 hasta el 31 de diciembre de 1999 se registraron 23 ingresos en prisión de presuntos yihadistas. Sin embargo, desde 2000 al 19 de julio de 2020, los ingresos han sido 615. Datos aportados por José Luis López Novo, jefe del Servicio de Intervención y Control de la Secretaría de Estado General de Instituciones Penitenciarias (SEGIP). Otros datos muy ilustrativos fueron revelados por Manel Roca, jefe del Área de Información y Seguridad, en Servicios Penitenciarios de la Generalidad de Cataluña, quien destacó que el 47 % de los reclusos en Centro Penitenciarios de Cataluña son extranjeros, cifra que sube al 80 % en el caso de los menores, 66 % de ellos procedentes del Magreb y, de estos, un 53 %, marroquíes. En el cierre del primer día del curso, Florencia Pozuelo, también de la SEGIP, expuso los programas de tratamiento específicos dirigidos a los reclusos en centros penitenciarios.

Con representantes de varias asociaciones y fundaciones del colectivo de víctimas del terrorismo, en un breve descanso durante este intenso curso de dos jornadas completas.

La ponencia «Perspectiva de género y radicalización violenta: la movilización de mujeres hacia la yihad global», a cargo de Carola García-Calvo, directora del curso, y de Cristina Andreu, jefa del Área de Análisis y División Antiterrorista del Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (CITCO) fue el punto de partida de la segunda jornada del curso.

Carola García-Calvo, del Real Instituto Elcano, subrayó la colaboración de Instituciones Penitenciarias, cuerpos y fuerzas de seguridad y la administración local a la hora de reinsertar en la sociedad a los condenados por terrorismo yihadista, además de destacar que la incorporación de la mujer en el terrorismo yihadista ha sido «muy reciente», pero su rol ha evolucionado de «forma muy acelerada en muy poco tiempo». Cristina Andreu relató la situación de una treintena de mujeres de nacionalidad española o con residencia legal en España que han sido identificadas por las fuerzas de seguridad por sus vínculos con el terrorismo yihadista, aunque su rol es «poco activo», preocupa mucho «su trabajo de captación y radicalización». Según los datos ofrecidos por Andreu, estas mujeres tienen una edad media de 30 años y más de la mitad están casadas y con hijos. Trece de ellas tienen nacionalidad española y nueve se encuentran en zonas de conflicto, como Siria o Irak, mientras las cuatro restantes han regresado a España, y dos de ellas han ingresado en prisión. Según la representante del CITCO, los desplazamientos femeninos a zonas de conflicto han disminuido debido a la pérdida del «atractivo» que alcanzó en 2015. Andreu ha remarcado que, en los cuerpos policiales, preocupa el papel de «captación» y «adoctrinamiento» de las terroristas yihadistas afincadas en España, pero los servicios de inteligencia rechazan que en un breve espacio de tiempo tengan un rol activo. Por otro lado, Cristina Andreu, con datos actualizados a la segunda semana de julio, explicó que los servicios de inteligencia han detectado como combatientes extranjeros en zonas de conflicto a un total de 253 terroristas yihadistas españoles o con residencia en nuestro país. De dicho total, 155 tienen la nacionalidad marroquí y 47 son españoles, mientras que el resto nació en otros países pero residía en España. Además, 130 se encuentran aún desplazados en zonas de conflicto, 73 han fallecido y 50 han retornado a diferentes países. De los que han regresado, 24 están en libertad en otros países, 10 en cárceles extranjeras, 9 en prisión en España y 7 en libertad en nuestro país.

Posteriormente se ha desarrollado la mesa redonda «La construcción de la resiliencia (I): experiencias en el ámbito local», moderada por Álvaro Vicente, investigador del Real Instituto Elcano, quien destacó «un distanciamiento del conocimiento» entre los estados miembros de la Unión Europea, señalando que países del sur carecen de capacidades en intervención y evaluación. En la mesa intervinieron Alicia Mesas y Núria Riera, psicóloga y técnica, respectivamente, del Consorcio de Bienestar Social de la comarca del Ripollès, zona de residencia de la cédula yihadista autora de los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils. Ambas expertas explicaron el Plan de Convivencia local en Ripollès, un programa educativo y social de integración para enfrentar el odio, el desprecio y la desconfianza hacia la comunidad musulmana residente en la comarca pirenaica catalana.  Gracias a su experiencia en el terreno, aportaron tres consejos básicos: restaurar las relaciones sociales socavadas, prevenir comportamientos arriesgados y promover la inclusión política. Ha cerrado la mesa Rut Bermejo Casado, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos contando la experiencia del proyecto europeo «Practicies» en el trabajo y detección de factores de riesgo y protección de menores en países europeos. En ese proyecto se han realizado encuestas a jóvenes en 12 países europeos para analizar su percepción del uso de la violencia como resolución de conflictos, con una preocupante gran conclusión: son muy pocos son los jóvenes que rechazan totalmente el uso de la violencia.

El cierre del curso tuvo lugar con una nueva mesa redonda «La construcción de la resiliencia (II): voces creíbles», moderada por la periodista y escritora Alexandra Gil y con participación de dos víctimas de los atentados del 11-M: Milagros Valor y Marta Oliver Santolaya, esta última autora del libro «El muro de cristal». Milagros Valor, viuda de Vicente Marín, asesinado en las explosiones de la calle Téllez, ha narrado con emoción cómo se truncaron las muchas ilusiones del matrimonio: «todo se viene abajo en un minuto». Añadiendo todo un mensaje de esperanza: «cuesta mucho, pero hay que aprender a vivir y seguir adelante». Marta Oliver ha descrito su particular antes y después de los atentados: «La vida me sonreía hasta que pasó lo que pasó», los atentados del 11-M recordados por ella «como una película muda de terror», con imágenes que hoy todavía revive «con pavor» en una historia personal de lucha y superación.

La sesión de clausura ha contado con las intervenciones de Ana Torrente, directora-gerente de la Fundación Víctimas del Terrorismo; Florencio Domínguez, director del Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo y de Montserrat Torija, directora general de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo del Ministerio del Interior.